lunes, 11 de junio de 2012

Mil caras... Después yo.

Las lágrimas parecen falsas,
para quienes el dolor es un simple sentimiento.
El dolor es una molestia,
para quienes la muerte no es un nuevo comienzo.

El cinismo.. !Oh que maldición!
Seduce a la sinceridad sin tener humanidad.
El cinismo... es una triste maldición.
Yo padezco de ella... ¿acaso no la tienes tu?.

Se transforma en una demencia. Es una enfermedad.
¿Estaré infectada, me estará consumiendo?
Sufro de locura y falsedad; no tengo nada más.
Arrastro una tragedia ¿será todo esto verdad?
Las lágrimas son falsas,
el dolor una molestia
la muerte no es vida;
Yo...yo ya no sé, cual es, mi vida.

¿Alguien?

¿Que miseria es la que acompaña aquel hombre, desvalorado, discriminado, perdido y solo?.
¿Que horrible condena debe cargar aquel peregrino sin historias escuchadas?.

Que será me pregunto, que será..

Sigue caminando peregrino.
Sigue preguntando a cuantos Dioses creas.
Sigue buscando la misericordia.

Ojala siga, ojala..

Aquel hombre tiene la marca dejada por su pueblo, esa mancha que ni el alcohol más fuerte de todos la puede hacer olvidar: Traición.

Oh! Cuanto lamento señor, cuanta pena señor.. 

El pobre teme tanto, teme por su vida, su otra vida y la subsiguiente.
¿Será que el camino de este desdichado se acorta cada vez más?

Por favor, alguien responda que será..

Sus pies son los que caminan. Su cuerpo se mueve.. Pero;
Él todavía se encuentra en su cuarto, con las manos ensangrentadas, el cuchillo entre sus labios, sus ojos secos, el placer en su cuerpo y el eco de las últimas palabras que pronuncio: Perdón

domingo, 8 de abril de 2012

Creer ser y ser.

Escribe, escucha el "tap" de las teclas sonando como si alguien estuviera bailando con unos zapatos de tacos deslumbrantes, se toca la cara, siente la corriente del viento por la ventana abierta pero no le importa, escribe, se toca la cara de nuevo, llora, cree que llora, se siente los dedos del pie (helados), la ventana sigue abierta, vuelve a sentir el viento que le carcome la cabeza, respira hondo para dejar salir todo lo que tiene en la cabeza antes de que la locura lo vuelva a dejar sentado en la esquina de aquella habitación que también tiene frío, también escucha el tap, también tiene secretos, una historia que contar mientras sus dedos aumentan la velocidad, apurados y sudorosos hacen que la desesperación lo atragante, no lo deje respirar y es entonces cuando: PAUSA..
Se pregunta que es lo que sigue después, sigue preguntando, sigue asustado, sigue pensando, sigue creyendo, sigue caminando, sigue en la misma calle que hace una hora antes, en la que tiene frio, siente el viento, la lluvia, cree que llora, llora y tiene miedo de que la locura lo deje de nuevo quieto en aquella ciudad que también tiene frío, escucha los pasos de la gente, tiene sus secretos, problemas que no los habla y mientras sigue caminando nota que esta corriendo, cruzando la calle, sudoroso, no sabe donde, corre, cree que ve la gente, ve a la gente y es cuando siente el viento pero, ahora, ahora la ventana esta cerrada.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Sin papel no hay tinta

Al momento de entrar a su casa, Alberto Rojas sabía que le esperaba un difícil comienzo. Tenía que escribir un libro en poco tiempo, con ese lápiz a tinta que a veces resultaba su peor enemigo cuando se negaba a escribir y había que sacudirlo como cuando su madre lo reprochaba por no tener lo que ella llamaba un "futuro asegurado". Sin embargo, era su fiel compañero. 
Creo que ya todos sabemos que Alberto era escritor, esa era su profesión, un tanto complicada hoy en día , pese a que para él era mucho más que esa palabra primitiva. Desde pequeño los libros habían sido sus consejeros y las palabras, su mejores amigas. Muchos decían que era tímido o que sufría alguna enfermedad, pero nuevamente para él, no era solo eso. 

Un día como muchos otros, caminó hasta la pequeña plaza de la capital para sentarse a observar paso a paso los espasmos y gestos que las personas hacían y de vez en cuando a escuchar esos pequeños gruñidos inconscientes que salían de sus bocas como queriendo decir: "¿Por qué a mi?". Fue un goce dejar el lugar para comenzar a pensar cuál sería el tema con el cual mancharía ese papel blanco con tinta negra.  Pero esa dicha terminó en el instante en que entró a su casa. Dejó su chaqueta junto con su sombrero en el colgador, subió directo a su pieza a sacar su cuaderno y se sentó con el lápiz en la mano que le temblaba, viendo la blancura del papel sin ni siquiera pestañear. No era primera vez que le pasaba. Hubo una ocasión en la que se quedó inmóvil por media hora porque su cabezo empezó a atacarlo con pensamiento lúgubres sobre la tinta generando un temor tan grande que su cuerpo fue el único que pudo expresarlo, convirtiendo cada minuto en una pugna entre su consciente e inconscienteAhora se encontraba allí, sentado, con la luz de la lámpara casi quemando su cara y evaporando cada gota de sudor que brotaba en su frente. Se limpió y siguió. El tintero estaba a su mano izquierda y con un movimiento mecánico llevó su mano derecha a sumergir la punta del lápiz en el líquido negro y espeso. Al estar frente a frente con el papel, su mano se acercó lentamente , pero antes de comenzar a escribir la primera palabra, una gota cayó y empezó a expandirse de a poco. " Otra vez" pensó. Pudo simplemente haber botado el papel, pero no lo hizo. O también pudo haberlo quemado como lo había hecho algunos días antes, pero no quiso. No, absorto en la imagen que tenía frente sus ojos, quiso ver hasta donde podía recorrer la tinta el papel, en ese encuentro que él se encontraba afortunado de presenciar. Después de que transcurrieron algunos segundos o quién sabe, a lo mejor, minutos o incluso horas, la mesa se tornó negra junto con el suelo que estaba debajo de ella como si el tintero se hubiese dado vuelta, pero no. Sus uñas, dedos, manos y brazos estaban completamente negros. Trataba de quitarse el color con desesperación, pero en vez de irse , se quedaba y se hacía parte de su piel a medida que la histeria y el tiempo pasaba. En el instante en que se acercaba a sus ojos, se paró rápidamente directo al baño, pero ni el agua pudo borrar la epidemia que estaba transformando su cara y que vio horrorizado en el espejo. Volvió a su pieza con el cuerpo totalmente transformado en una sombra. Tenía miedo. Estaba solo. Acudió a lo único que se hace en ese estado: a Dios. Pese a eso, sus palabras no cambiaron nada, al contrario, su vista se tornó borrosa y antes que la ceguera fuese su nueva condición vio en la mesa una palabra que iba apareciendo lentamente como si alguien la estuviese escribiendo para atormentar su angustia. Al terminar la última letra, en una espera que fue de gritos y llantos que retumbaban en la pared y llegaban directo a sus oídos sordos, leyó la palabra "CORRE". Sin pensarlo dos veces, corrió hasta la ventana. No tenía miedo. Sentía una brisa, cálida y pacífica sobre su cara que le daba vida. Un cosquilleo que recorría todo su cuerpo y que hacía aparecer en su cara una leve sonrisa.

El vecindario estaba en silencio. Nadie escuchó nada. Los perros se encontraban durmiendo y las personas creyendo que vivían. Al parecer, él también era de papel.

domingo, 7 de agosto de 2011

Domingos

No hay  mucho que decir; es una constante monotonía. 
Tan constante que no se puede simplemente extirpar, requiere más que una cirugía, más que unos consejos repetidos de psicólogos ignorantes.. mucho más que esas palabras que parecen falsas en la boca de la gente.
Necesito de mi, pero.. ¿alguien sabe, en donde, me perdí? 

viernes, 29 de julio de 2011

Escapar

Impotencia, ganas de gritar
No poder salir, no poder ni siquiera saltar.
Estas solo, siempre lo has estado.
Quieres sacar tanta decepción.
Quiere sacar tanto dolor.
Pero estas solo.. Y
Siempre lo has estado.


El corazón te pesa por un amor que lo dañó
y el arrepentimiento, parece ser la única solución.
Ya no puedes olvidar pues ya no puedes recordar
Todo es negro.
Todo es blanco.


¿Te sientes así, vacío?


Mientras tus pies son los que caminan tu rutina
tu mente se pierde en cuatro paredes,
en los que se oye un constante grito pero
que nadie logra escuchar.


Así te sientes, con impotencia, con ganas de gritar.
No puedes salir, no puedes gritar.
Estas solo pero...
La verdad hace mucho tiempo que ya no estas.

lunes, 25 de julio de 2011

Fin

Nunca tuvo que haber comenzado tan bien.. al final terminó siendo lo opuesto. Como no lo pensé antes. Tuve que haber pensado. Tuve que haber hecho tantas cosas.
No hay tiempo para arrepentimientos, ni ahora ni nunca. Eso no quita el hecho de que habrán días en los que caeré, pero estaré bien; sé que lo estaré - tengo fe. Tengo que tener algo.
Mientras tú:
Aprendiste a querer y lo fácil que es pasar al odio. Solo quisiste, nunca amaste
Aprendiste, también, a hablar de ti sin temor y a decir promesas. Solo eran palabras, nunca fueron de verdad.
Quise vivir con algo nuevo
Quise compartir un mundo
Quise no sentirme usada
Mierda; muchos sueños-ilusiones.

 Me aislaré, el tiempo que sea necesario, todo tiempo que se me fue de las manos. No hay muchos que pensar, simplemente hay que enmendar el camino; mi camino.